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Este video muestra lo revolucionaria que fue en 1972 la primera calculadora científica que funcionaba a pilas y cabía en un bolsillo, pero también demuestra lo fieles que son a la marca los "frikis" de las calculadoras HP. Y es que resulta fascinante programar estas máquinas y usar RPN para hacer cálculos. No es extraño que una calculadora HP de los 70 siga en la actualidad en perfecto funcionamiento sin experimentar problema alguno, sin que se atasquen las teclas y sin apenas haber cambiado las pilas. Si comparamos eso con lo obsoletas que se quedan las PDA actualmente y lo rápido que se estropean los teléfonos móviles nos daremos cuenta de la diferencia en calidad de fabricación entre las calculadoras programables de HP y los demás dispositivos de mano.

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La HP-35 fue la primera calculadora a pilas que hacía algo más que sumar, restar, multiplicar y dividir: tenía funciones trigonométricas y exponenciales. Antes de la aparición de esta máquina, la única forma de hacer cálculos complicados en cualquier parte era llevarse una regla de cálculo. Es curioso que en aquel entonces sacar al mercado una calculadora de bolsillo fuera una apuesta de riesgo, pues los estudios de mercado mostraban que no había interés en estos dispositivos. Por eso, cuando HP decidió hacer una versión de la calculadora de mesa HP-9100 que pudiera llevarse en un bolsillo, nadie imaginaba que se llegarían a vender 300.000 unidades de la HP-35 durante los 4 años que estuvo fabricándose.

En el 35 cumpleaños de esa máquina, HP vuelve a recordar lo bien que fabricaba calculadoras y abandona la línea de calculadoras de colorines y botones insípidos ofreciéndonos a todos los entusiastas del diseño HP una calculadora "como las de antes": la HP-35s. La "s" del nombre indica que es una "scientific calculator".

Algunos ejemplares, como la que he comprado yo, vienen embalados "de lujo", en caja de cartón, y no en el envase de plástico transparente que le quita tanto encanto a estas máquinas.

Se ve que la caja está pensada para los mercados español y portugués porque todos los mensajes son bilingües y, de hecho, contiene dos manuales, uno en español y otro en portugués. La funda rígida que contiene se cierra con una cremallera y permite llevar dentro anotaciones o incluso un pequeño bloc de notas.