Esta es la grabación de la reunión en la que el grupo de filósofos y estudiantes de filosofía analizan el fenómeno del #15m.
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Tags: spanishrevolution, disidencia, muguerza
En vista de todo lo que ha sido socialmente consagrada la palabra "consenso" como ideal de la convivencia, resulta un poco "antisistema" hablar de la disidencia como postura ética, pero cuando uno lo investiga a fondo, la palabra "consenso" podría esconder espinas bastante afiladas y la palabra "disidente" resultar bastante ética y equilibrada.
Ante todo quiero decir que "disenso" y "disidente" no tiene nada que ver con vandalismo o delincuencia. Estamos hablando de opciones ideológicas serias y muy bien argumentadas. No caigamos en la forma de pensar unidimensional que describió Marcuse y que comenté en el anterior post. De lo que se trata es de destacar que hay conceptos que suenan muy bien, como el de que "todos los hombres son hermanos" pero que acaban siendo usados mal y se convierten en "todos los hombres son iguales", lo cual tiene consecuencias catastróficas para la diversidad multicultural. Pues esto mismo pasa con el concepto "consenso" o con "disidencia" que es el que toca estudiar ahora.
Es Javier Muguerza, doctor en Filosofía, quien ha desarrollado en España una ética que da más importancia al disenso que al acuerdo y la plasmó en su obra "La alternativa del disenso" (1998) en la que se contrastan dos maneras de concebir la relación entre la Ética y el Derecho: la concepción irenista ('eirene' en griego significa 'paz') y la concepción conflictualista.
La concepción conflictualista tiene por precursor al teórico del Derecho Rudolf von Ihering, que en 1872 escribió "La lucha por el Derecho". La obra de Ihering fue traducida al español por nada menos que Leopoldo Alas, conocido como Clarín, del que es más conocida su faceta como escritor (La Regenta) que su trabajo como catedrático de Filosofía del Derecho.
Ihering plantea la tesis de que el Derecho se encargaría de dictar normas que regulasen las relaciones dentro de una sociedad, y a la vez, se encargaría de luchar contra las injusticias jurídicas, de lo que se deduce que ante la injusticia el Derecho lucha.
¡Bien por el Derecho que lucha por defendernos!
Pero el asunto es que esta "lucha del Derecho" también implica que el indivíduo debe luchar. Es más, plantea que la lucha es un deber ético del propio individuo, conectando así el campo normativo jurídico con el campo normativo moral. Así, según Ihering, el origen último del Derecho tendría una motivación ética, es decir, partiendo de una norma moral por la que luchan los individuos, terminaría asentándose una norma jurídica.
Resumiendo, la secuencia es:
Es decir, que los derechos se alcanzan luchando por ellos. Y una vez que los derechos se reconocen, el triunfo final es cuando son potenciados y protegidos por leyes. Pero también implica que en el terreno del derecho "se ventilan con crudeza toda una serie de conflictos de intereses", como dice Muguerza. Es decir, que al final se reconocen como derechos los intereses del que gana cierta lucha.
Como dice Luigi Ferrajoli en su libro "Derecho y Razón",
"Puede afirmarse sin temor a equivocarnos que, en la historia de la humanidad, no ha habido ningún derecho fundamental que haya descendido del cielo o nacido en una mesa de despacho, ya escrito y redactado en los correspondientes textos constitucionales. Contra quienes parecen creer tal cosa, las luchas por los derechos acompañan a todos los momentos de la vida de estos"
Esta forma de ver cómo surgen las leyes contrasta con la forma propuesta por la "Escuela de Savigny", para quienes, como dice Muguerza, "el Derecho surge de la costumbre dentro de una comunidad como la seda es segregada por el gusano", en un proceso "natural" (¡qué palabra más peligrosa!). Para Ihering, por tanto, los cambios operados en la historia del Derecho han sido siempre fruto de una revolución que habría acompañado siempre a todas las grandes conquistas de la humanidad.
Desde el punto de vista de Ihering, tener que acudir al sistema para cambiar algo en un sistema es absurdo, porque ¿a qué ley pudo apelar el primer abolicionista? ¿y la primera sufragista? Lo que las sufragistas propusieron fue cambiar el sistema, y ¡no se puede cambiar un sistema apoyándose en leyes vigentes cuando es la inmoralidad de las leyes vigentes lo que se está planteando!
Por eso cuando escucho a "analistas" o políticos interesados decir que la gente que apoya la #spanishrevolution debería de dejar de hacer sentadas y cambiar el sistema desde dentro, creo que no están entendiendo nada. Es como decirle a una sufragista que para conseguir que la mujer vote tiene que usar las leyes que le impiden votar. Les recomiendo que vean esta imagen para que vean cómo pedían el cambio de sistema las sufragistas en 1913. No es en una mesa de reunión, les anticipo.
Muguerza hace un repaso de la historia de la conquista de los derechos humanos y llega a la conclusión de que, de no haber sido por indivíduos y grupos de disidentes, los textos constitucionales no contendrían nada en materia de derechos humanos, pues su inclusión ha sido obra de la lucha de los disidentes.
Convendría citar por último al profesor Aranguren uno de los filósofos más influyentes de España, cuando habló de la "democracia como moral" en estos términos que apoyan el concepto de "lucha" que venimos desarrollando:
"La democracia como moral no es democracia establecida, porque lo establecido es lo hecho ya y no lo moral[...] Por eso la democracia no es un status en el que un pueblo pueda instalarse cómodamente. Por el contrario, se trata de una conquista ético-política de cada día, que solo puede mantenerse a través de una autocrítica siempre vigilante y constituye, en consecuencia, más una aspiración que una posesión. Es, como decía Kant de la moral en general, una tarea infinita en la que, si no se progresa, se retrocede, pues incluso lo ya ganado ha de reconquistarse cada día"
Llámelos "disidentes" o "antisistema", como guste. Pero agradezcales su lucha por cambiar el sistema vigente en su día persiguiendo nuevos Derechos que ahora disfrutamos.
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Tags: crisis, grecia, spanishrevolution
Documental de los periodistas Katerina Kitidi y Ari Hatzistefanou que indaga en las causas de la crisis griega y propone soluciones.
Lo han rodado con su propio dinero personal y, tal como contó Ari Hatzistefanou en esta entrevista en La Vanguardia habrían podido hacerlo en colaboración con un gran periódico pero "en Grecia nadie se fía de las grandes empresas; si llevas un polo Lacoste la gente dice que te has vendido" así que compró una cámara de vídeo por 2.0000 euros, utilizó tomas ya existentes (por ejemplo, propaganda estadounidense de la guerra fría elogiando las ventajas de capitalismo financiero) y elaboró este documento.
Según cuentan en la web enpositivo.com, el documental es conscientemente sesgado en sus opiniones debido a lo sesgado que hasta ahora ha sido la información que han recibido los griegos, así que ellos han decidido revestirse de las virtudes del Príncipe de Maquiavelo y sesgarse en sentido contrario para asegurarse de que el destinatario pueda recibir suficiente información de ambos puntos de vista:
"Debtocracy es una acción política. Presenta un punto de vista sobre el análisis de los acontecimientos que han llevado a Grecia al borde del abismo. Todas las opiniones van en la misma dirección, sin contrapunto. Es la elección de los autores, que exponen su manera de ver las cosas desde los primeros minutos: 'En cerca de 40 años, dos partidos, tres familias políticas y algunos grandes empresarios han llevado a Grecia a la quiebra. Han dejado de pagar a los ciudadanos para salvar a sus acreedores'".
"Los autores del documental no ceden la palabra a los que consideran 'cómplices' de esta quiebra. Los primeros ministros y los ministros de Finanzas de estos últimos diez años en Grecia se presentan como los eslabones de una cadena de cómplices que han empujado al país al vacío. El director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn, que se presenta ante los griegos como el médico del país, se compara al dictador Georgios Papadopoulos [primer ministro bajo la Dictadura de los Coroneles, de 1967 a 1974]."
"Este paralelismo se establece con una notable facilidad desde el inicio del documental, pero el personaje en cuestión (DSK) no tiene derecho a hablar. Ante la pregunta '¿Por qué no se obliga a intervenir a las personas señaladas con el dedo?', Katerina Kitidi, una de las autoras, responde que 'es una pregunta que se debería plantear a muchos medios de comunicación que, últimamente, transmiten de forma permanente un solo punto de vista sobre la situación. Nosotros consideramos que ofrecemos otro enfoque, que hacía falta desde hace tiempo'."
Aunque el audio está en idioma griego, se pueden seleccionar subtítulos en inglés o francés.
Tienen página web en inglés, también cuenta en Twitter (@debtocracy) y página en facebook
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Tags: spanishrevolution, democracia
Hay momentos en la historia en los que se produce una asincronía, es decir, una convivencia de dos tiempos históricos diferentes. En esos momentos la realidad avanza más rápido que nuestra capacidad de interpretarla y nos encuentra, como se suele decir, con el paso cambiado.
Eso ha ocurrido durante estos últimos siete días. Ha habido una aceleración brutal del tiempo histórico ya que en una semana se ha pasado de que unas pocas personas tomen la Puerta del Sol de Madrid y organicen allí una acampada reclamando reformas en el sistema democrático español a que, en este momento haya más de 140 acampadas en muchos países, como se puede ver en este mapa.
Estamos viendo principalmente dos tipos de reacciones a esta asíncronía:
Analicemos cada uno de estos puntos de vista:
Reinhart Koselleck, filósofo de la historia fallecido en 2006, describió muy bien esta reacción ante una aceleración del tiempo histórico: corresponde a personas que piensan en términos de "conceptos asimétricos", es decir, que dividen cada aspecto de la vida en dos partes contrarias mútuamente excluyentes: nosotros/ellos, católico/hereje, derecha/izquierda, sistema/antisistema.
Este tipo de mentalidad utiliza esos conceptos como armas arrojadizas contra todo aquel que no se encuentre en la mitad que él ocupa, ya que sólo en la mitad que él habita están las cosas buenas, y la otra mitad conceptual del mundo está poblada por el mal, el peligro, el pecado, etcétera.
Usan, por tanto estas "etiquetas binarias" como una navaja con la intención de excuirlos: las agarran por el mango inofensivo de los conceptos positivos (sistema) y atacan con el filo cargado de conceptos negativos (antisistema), de tal modo que el atacado queda acribillado de negatividad.
Esta entrevista con Koselleck les servirá para ampliar información sobre los conceptos asimétricos.
Herbert Marcusse, filósofo y sociólogo alemán fallecido en 1979, apunta al mismo tipo de personas descritas por Koselleck y califica como "hombres unidimensionales" a aquellos que quedan prisioneros de los marcos de referencia de la sociedad en la que viven y pierden toda capacidad crítica para analizar la realidad de forma original.
Ya comprenden por qué ante una nueva realidad que acelera el tiempo histórico algunos adoptan una actitud reaccionaria, es decir reaccionan como se reacciona ante un peligro: drásticamente, para detener el proceso.
No es tan sencillo detectar esta forma de pensar siempre. De hecho, hay algunos argumentos inocentes que esconden una carga "unidimensional" muy peligrosa, como la conocida frase de "todos los hombres son hermanos" que pretende ser una ética muy elevada pero que suele ser enarbolada por personas o instituciones que pretenden uniformar a la gente para evitar que se muestre la diversidad. En esa argumentación suele haber un entimema (un argumento implícito) que es "todos los hombres sois hermanos y yo soy vuestro padre" con lo cual se crea la jerarquía que garantiza la "unidad entre los hermanos".
Sobre esto escribió Richard Senneth, sociólogo estadounidense, en "The Rethoric of Ethnic Identity" (1990) que "la gente sólo genera imágenes de la humanidad en condiciones de uniformidad social".
Hay que sospechar mucho cuando se nos dice que "la gente dice", "los españoles piensan", "la humanidad es" porque, como dice Senneth, bajo una capa de humanidad se esconde la uniformidad social. Muchos que hablan sobre "la gente" quieren decir los "blancos, occidentales y cristianos".
Es fácil contaminarse con este lenguaje excluyente vestido de humanismo. Hágase un test. ¿Qué imagen le viene a la mente cuando lee "mujer española"? ¿Le viene la imagen de una persona de color? ¿de una joven con un piercing en la nariz y ropa multicolor? ¿no? Claro, es normal, es que hay tantas imágenes distintas de "mujer española" que es imposible fijar una única imagen que defina el término.
La variedad es irreducible, y los que intentan hacerlo acaban necesitando un modo de pensar que use violentamente las "etiquetas binarias" de Koselleck y los "argumentos unidimensionales" de Marcusse.
Si en vez de pensar que "todos los hombres son hermanos" pensamos que "todos los hombres son distintos" empezamos a asumir la diferencia como un valor y un principio de orientación política.
¿Y qué consecuencias tiene asumir la diferencia como un valor?
Pues que de repente la palabra "democracia" deja de significar "el gobierno del pueblo" (entimema: "el gobierno de los que son como yo") para significar "el gobierno del demos" y el problema ahora es de naturaleza puramente política y conceptual: hay que resolver quiénes son "el demos".
Les anticipo que este tema da para mucho porque justamente los fenómenos de migraciones masivas y creación de sociedades multiculturales están haciendo que la política se replantee redefinir el "demos político" (la primera mitad de la palabra "democracia") ya que se está dando la paradoja de que a los inmigrantes se les da una ciudadanía parcial: aunque viva aquí usted tiene que obedecer las leyes pero no puede votarlas. ¿Quién ha decidido partir el concepto de ciudadanía en dos partes de tal modo que se crean ciudadanos que "solo obedecen" y otros que "obedecen y pueden votar"?
Bueno, cuando uno asume la diferencia como valor empieza a usar una dimensión social a la hora de comprender el mundo y se da cuenta de que no hay una única forma de entenderlo. No hay un "nosotros" inofensivo y un "ellos" peligroso. Solo hay un nosotros plural.
Este tipo de razonamiento es el que emplea Alexis de Tocqueville, político del siglo XIX, ideólogo del liberalismo, cuando dice en la introducción de su obra "La democracia en América" que "un nuevo mundo requiere una ciencia política nueva". Para que vean cómo han cambiado el liberalismo.
Tocqueville viajó a América cuando, tras la Revolución Francesa, Europa estaba buscando formas de organizarse políticamente como sociedad, y su afirmación de que la ciencia política debe ser una respuesta a lo que la sociedad demanda indica que la forma democrática es más una cultura que una organización política.
Ya dijimos en el post de ayer que hay política no organizada, que justo es la que representan movimientos como la #spanishrevolution, que es mucho más cultural que organizativa a diferencia de los partidos políticos que son mucha organización y muy poca innovación cultural.
Bueno, pues la #spanishrevolution se enmarca dentro del proceso de multiculturalidad que está haciendo evidente desde hace mucho tiempo la necesidad de nuevos paradigmas políticos que puedan hacerse cargo de un nuevo mundo.
Cualquier cambio debe de iniciarse desde la democracia, pero no tomándola como punto de llegada sino como punto de partida, por lo que estamos necesitando un nuevo modelo de democracia: uno que gestione bien el vínculo entre democracia y pluralismo cultural. Les recuerdo que todos los Estados actuales se han formado tomando como base, no el multiculturalismo sino el nacionalismo, que, por su propia naturaleza es excluyente. Asi que ¿es de extrañar que en un mundo multicultural cuya mayor necesidad es la integración necesitemos un modelo de democracia no basada en paradigmas excluyentes?
No hay que pedir a la #spanishrevolution que dé las respuestas a todos los complejos problemas de nuestro mundo y lo haga en 7 días. Solo en los mitos se crea un nuevo mundo en 7 días. En la realidad lleva mucho más tiempo.
Bibliografía
Joaquín Herrero
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Tags: acampadasol,spanishrevolution
Tiene su gracia que justo cuando estoy estudiando-disfrutando el tema "Movimientos sociales" escrito por Ana de Miguel Álvarez en el excelente libro "Ciudad y ciudadanía" editado por Fernando Quesada para mi examen de Filosofía Política, surja, como si de un ejercicio práctico se tratara, un movimiento social histórico ante mis propios ojos. Así que, aprovechando que tengo que repasar para el examen, voy a hacer un análisis de los movimientos sociales y ver cómo esos supuestos teóricos se cumplen en la #spanishrevolution.
Lo primero que me ha llamado la atención al escuchar opiniones de supuestos "analistas políticos" en tertulias de radio o televisión es que se hicieran la pregunta "¿quién está detrás?". Esa pregunta no es propia de un analista, pues implica no ser capaz de distinguir un "movimiento social" de una "organización", así que creo que tenemos que empezar por aquí.
Hay dos modos de abordar teóricamente los movimientos sociales:
La razón de por qué un analista quiere ver en la #spanishrevolution una mano negra detrás es porque, probablemente sin él mismo saberlo (que ya tiene tela la cosa) está analizando el tema desde una teoría que le obliga a pensar en términos de organización y jerarquización.
Los abordajes teóricos no son inofensivos: suelen ser abstracciones que eligen unos cuantos elementos del fenómeno que analizan y elaboran una tesis de su funcionamiento. A no ser que sea un genio, el teórico propone una visión parcial y reducida de la realidad. Te propone una gafa con cristal coloreado que sirve para destacar algo que, si no te pones la gafa, te pasa desapercibido. Desde este punto de vista, nada que objetar a la existencia de modelos teóricos políticos.
Pero la tragedia del analista, como diría Nietzsche, es que se olvide de que el modelo teórico es una simplificación, una generalización que te oculta los matices, la diversidad, en fin, te oculta la realidad, que siempre se resiste a encajar en un modelo teórico simplificado.
Bueno, avancemos. Los teóricos que analizaron las razones de por qué se moviliza la gente, como Smelser, Ted Gurr o Mancur Olson hacen un diagnóstico de la sociedad en la que se produce la movilización estableciendo causas y consecuencias.
Por ejemplo Smelser en su "Theories of Collective Behaviour" (1962) distingue seis condiciones que explican la aparición y el desarrollo de un movimiento social, que, si aplicamos a la #spanishrevolution serían:
La virtud del modelo de Smelser es que nos permite ver una "película de los hechos" cuyo argumento no es que un grupo de personas manipulen a la población para que se rebelen, sino que ciertas condiciones sociales propician, favorecen o desencadenan una movilización espontánea de la población.
Hasta aquí Smelser, ahora pasemos a Ted Gurr, que en su libro "Why Men Rebel" (1970) sostiene la tesis de que la privación absoluta no suele provocar revoluciones sino que conducen al conformismo y la desesperanza, por eso las mujeres en situación de extrema sumisión a los hombres, como las afganas o las saudíes, no se han movilizado para rebelarse y, sin embargo, mujeres que vivieron en sociedades en las que había cierta cuota de igualdad han producido un movimiento social feminista muy fuerte. Esto lleva a Ted Gurr a pensar que la movilización se produce en las sociedades con condiciones económicas, educativas y políticas buenas, porque eso hace crecer las expectativas de sus habitantes de que esas condiciones les beneficien, haciendo que, si alguien se siente excluido de esos beneficios se movilice.
El modelo de Ted Gurr es un ejemplo clarísimo de "gafa de sol monocolor" porque sólo explica un proceso de movilización concreto: el que se basa en las expectativas frustradas. Este modelo podría explicar parcialmente por qué las reivindicaciones de la #spanishrevolution incluyen críticas a cómo se ha gestionado la crisis, prestando dinero a los bancos y recortando dinero a los ciudadanos, pero no explicaría por qué la gente de Túnez o de Egipto (en situación de extrema sumisión) se han rebelado. Tampoco explica el lema "Sin trabajo, sin casa, sin miedo" que se corea en las acampadas de la #spanishrevolution porque el que corea ese lema es prácticamente un excluido de los beneficios sociales, y no alguien que tiene expectativas frustradas. En fin, manéjese con cuidado el modelo de Ted Gurr.
El que me hace mucha gracia (y me gusta) es el modelo teórico de Mancur Olson que, más que explicar el motivo de la acción colectiva, explica el motivo por el que alguien pueda estar de acuerdo en la movilización pero se quede en su casa a verla desde la tele. Su libro "La lógica de la acción colectiva" (1965) sostiene la tesis de que un indivíduo no participará en acciones colectivas a menos que los beneficios esperados superen los costes de su acción.
Esta tesis es muy potente, porque no sé si se dan cuenta de que la definición de "racionalidad económica" es
O sea, que, según Mancur Olson se genera el problema del gorrón en el indivíduo que usa un modo de pensar económico (relación coste/beneficio) al evaluar su implicación en un movimiento social: "si hay mucha gente movilizada y esto tiene pinta de que va a lograr algo, yo ganaré lo que ellos consigan para la sociedad a coste cero si me quedo viendo la revolución por la tele desde mi casa".
Lo más curioso es que el modelo de "elección racional" (que así se llama la tesis de Olson) no explica por qué alguien va a la #acampadasol justo cuando comienza el día de reflexión a riesgo de que la policía decida desalojar la plaza y se produzcan incidentes. O tampoco explica que vaya a la #acampadasol sabiendo que hay grupos organizados interesados en reventar lo pacífico de la acampada provocando conflictos y confrontaciones. Nadie con mentalidad coste/beneficio maximizaría el riesgo. Es decir, que hay algo que excede lo puramente racional en la decisión de un indivíduo de expresar públicamente su indignación interior y arriesgar su integridad física. Ese "algo no racional", que afecta a los impulsos y los instintos y que es afectado por la cultura en la que vive ha sido muy bien estudiado por Nietzsche en su "Genealogía de la Moral: un escrito polémico" de 1887, que merecería comentar pero nos desviaría del tema.
Bueno, hasta aquí hemos analizado los modelos teóricos que pretenden explicar la motivación de los que se movilizan. Ya han visto que no aparece ninguna mano negra, ni ningún "jefe organizador en la sombra", sino simplemente explicaciones sociológicas: una conductividad estructural que hace que la gente comunique fácilmente su indignación a otros y unos valores compartidos que hacen que una situación se califique como injusta.
Estos modelos se complementan con otros que, en la misma línea, tratan de explicar el por qué de una movilización social pero partiendo de la tesis de que las circunstancias sociales y de indignación no son suficientes para explicar una movilización. ¿Ah no? ¿Y entonces qué lo explica? Les presento a los enfoque constructivistas.
Ralph Turner y Lewis Killian proponen en su obra "Collective Behaviour" (1957) que la movilización surge porque la gente, por decirlo así, "le da la vuelta a la tortilla" ideológica y comienza a definir como injusta una situación legal e institucionalmente aceptada. Si han conseguido leer hasta aquí es que el tema les interesa y les va a recompensar porque estamos llegando a un análisis realmente brillante de los movimientos sociales. Les anticipo que las teorías que vamos a seguir analizando les van a abrir los ojos que muchos "analistas políticos" mantienen cerrados por asumir acríticamente otra teoría que dejaremos para el final porque, sinceramente, es algo tóxica.
Resulta que, según Turner y Killian, no es una crisis o un problema los que hacen que la gente se movilice. Eso hace que se indigne. Lo que hace que se movilice es llegar al punto de "hasta aquí hemos llegado". A este punto ellos le llaman liberación cognitiva. ¿Cómo se llega al proceso de liberación cognitiva que hace que te movilices? Es un proceso que consta de varios pasos.
Hay que conseguir redefinir como injusta o problemática una situación que es legal o aceptada socialmente. Esto es muy complicado, y a veces es un proceso que lleva años. Consiste en un goteo constante de argumentos dirigidos a la población para que reparen en hechos que están pasando por alto. Para conseguir la atención de la gente y contarle una nueva opinión sobre lo que está pasando hace falta que lo que digas tenga mucha repercusión, por eso las campañas de los movimientos deben ser estéticamente impactantes, para atraer a los medios de comunicación y conseguir que ellos transmitan tu mensaje.
¿Por qué creen que Greenpeace hace acciones espectaculares? Los que ignoran el trasfondo teórico piensan "así no se cambian las cosas". Claro que no, pero es que Greenpeace no lo hace para cambiar las cosas, eso vendrá naturalmente cuando la gente redefina como intolerable una situación que hasta ahora aceptan, quizás porque no conocen. Pero para eso hay que informarles, y uno a uno es imposible, así que hacen acciones impactantes que todos podemos ver cómodamente en el informativo de la televisión.
¿Por qué hacer una #acampadasol? Para visibilizar sus críticas y propuestas de una forma tan espectacular que atraiga la atención de todo el mundo, incluso los medios de comunicación.
El modelo de Turner y Killian explica perfectamente las razones por las cuales se toman las plazas por toda España, en una acción tan espectacular que es imposible que pase desapercibida.
¿Hace falta una mano negra organizadora para que a usted le digan que haga algo para llamar la atención? No, no hace falta, es un instinto tan humano que desde niños lo manifestamos. El "recurso del pataleo" no deja de ser una reacción biológica, es un impulso basado en un instinto. Relean la historia y vean como todos los avances significativos han sido producto de los disidentes, como muy bien diría Javier Muguerza y no de consensos alcanzados en mesas de negociación. Los consensos sirven para cambiar detalles, no para refundar modelos. Para eso hace falta disidentes que usen la conductividad estructural de su sociedad para crear una masa crítica de indignación que ponga en marcha el mecanismo descrito por Turner y Killian.
La aparición de las redes sociales en Internet ha creado una superconductividad estructural en la sociedad que favorece la propagación de ideas, y ha hecho que un proceso de contagio de la indignación se pueda hacer en tan solo varios días, como ha sido el caso de #spanishrevolution.
Una vez que parte de la población se da por enterada de estos nuevos valores y algunos empiezan en su interior a redefinir como inaceptable esa situación hay que encontrar las causas de que esa situación se haya producido, sean culturales, económicas o las que sean. A esto le llaman Turner y Killian atribución de responsabilidad. Las diversas webs de los movimientos movilizados en la #spanishrevolution contienen una lista de responsabilidades bien detallada, de la que no se libran ni partidos políticos ni organizaciones supranacionales de control económico.
El movimiento social ha de ser capaz de articular propuestas alternativas y difundir la conciencia de que otro modelo de sociedad es posible. Ésta es la fase en la que se encuentra la #spanishrevolution según Turner y Killian. Por eso si se pasa por una de las acampadas verá que se estan constituyendo innumerables grupos de trabajo que articulan propuestas que se debaten en asambleas. Se va a encontrar con la sorpresa de que en estos debates se respetan los turnos de palabra y se reflexiona sobre lo que dice alguien para tratar de mejorarlo o contradecirlo. Esto sí que es verdadero parlamentarismo y no las broncas que hay en el congreso o los supuestos debates de las televisiones. Es lo que opino.
Pero hay que notar que lo que critica el movimiento es la fosilización de la democracia institucionalizada, por tanto no hay que esperar que el movimiento se asocie con algún partido pólítico convencional. Los "analistas" que critican al movimiento #spanishrevolution por estar fuera del sistema de partidos y les animan a actuar desde dentro de los cauces ya existentes deberían de leer a Turner y Killian porque ¡proponer desde fuera del sistema es la esencia de los movimientos sociales!
Yo soy crítico con este paso porque me suena un poco kantiano. Turner y Killian hablan de universalizar esa conciencia para hacer irrenunciable ese nuevo modelo de sociedad.
Mi crítica a este cuarto paso es que no creo que las universalizaciones existan. Pongo dos ejemplos: la conciencia creada por el movimiento feminista no se ha universalizado entre las mujeres, ya que unas proponen integrarse en esta sociedad en igualdad de condiciones y otras denuncian esta sociedad como creada con mentalidad masculina y proponen la creación de una nueva sociedad en la que los valores femeninos sean fundacionales. Otro ejemplo: el movimiento de gays, lesbianas y transexuales tiene su debate interno entre los que favorecen "reivindicar la diferencia"(orgullo de lo raro, teoría queer) y los que no están dispuestos a considerarse raros por ser homosexuales.
En cualquier caso, hablemos entonces de popularizar esa nueva conciencia creada que suena más realista, y de crear una masa crítica de gente que asuma como suyos esos valores y luche por conseguirlos. Pues bien, estos "concienciados" serían los que se movilizarían al haber alcanzado una liberación cognitiva.
Como ven, aquí tampoco se ven manos negras ni teorías de conspiración, sino puramente aplicación de lo que funciona en el marketing a una idea minoritaria: espectacularidad para difundirla y persistencia para generalizarla.
Éste último modelo es muy interesante porque si se fijan bien supone que un movimiento social se hace alrededor de una nueva conciencia, de un deseo de reinventar la realidad, y, si se pasan por cualquiera de las acampadas de la #spanishrevolution, eso es exactamente lo que van a ver: creación de comisiones y grupos de trabajo para recoger las ideas que se comentan y debatirlas en asambleas para darles forma, depurarlas y añadirlas a la lista de propuestas. Las acampadas están siendo una explosión de creatividad, pero no le extrañe, ¡son personas que se han liberado cognitivamente y están reinventando el mundo!
Bueno, pasemos, por fin a ver el modelo teórico implícito en todas las críticas que la #spanishrevolution está recibiendo desde los sectores conservadores y desde periodistas poco informados: les presento los enfoques de la movilización de recursos
La obra pionera de este modelo de abordaje teórico de los movimientos sociales es de John McCarthy y Mayer Zald y se titula "Resource Mobilization and Social Movements: A Partial Theory" (1977). Como ven el título no engaña, es, como todo modelo teórico, una vista parcial, una abstracción que produce una visión unificada y ordenada y deja fuera mucha diversidad, pero parece ser que es LA teoría para muchos analistas, especialmente para los de mentalidad dogmática-jerárquica-judeocristiana (que, de nuevo, diría Nietzsche) a quienes conceptos como "organización", "jerarquía", "orden", "mando", "obediencia" les emocionan tanto como para movilizarse cuando los ven amenazados.
Bueno, pues McCarthy y Zald descartan que haya que analizar las motivaciones de la gente o las condiciones sociales, como dicen Smelser, Ted Gurr o Mancur Olson. Tampoco creen en el ser humano como dador de un nuevo sentido a una situación para redefinirla como injusta, como proponen Turner y Killian.
McCarthy y Zald consideran que la pregunta pertinente es cómo un grupo de personas son capaces de movilizar recursos para lograr sus objetivos. Es decir, que estamos ante un modelo "creacionista" que considera que los movimientos sociales salen de la nada y lo único que podemos hacer es estudiar cómo funcionan. Según ellos los movimientos sociales surgen como Atenea de la cabeza de Zeus: completamente crecida, armada, y lo primero que hizo fue dar un grito de guerra.
Yo no sé qué les parece a ustedes pero a mí me parece que sacar fuera del análisis las condiciones sociales en las que el movimiento surge es un error metodológico grave. Con un agravante y es que, en un arrebato generalizador, considera que todo movimiento social es una organización y, por tanto, tiene un jefe, un grupo de dirigentes, un sistema de reclutamiento, unos costes, un sistema de financiación, unos contactos, etcétera.
No se crean que este modelo teórico está atornillado en la mente de gente de derechas solamente. Cuando le preguntaron a León Trotsky qué tres cosas eran necesarias para el triunfo de la Revolución su contestación fue "la primera organización, la segunda organización, la tercera organización".
Por tanto no caigan ustedes tampoco en la simplificación derechas-izquierdas. Hay pensamiento dogmático y pensamiento crítico, y múltiples mezclas entre ellos. El modelo de McCarthy y Zald sabe bien a aquellos que disfrutan de la vida simplificada, que consideran que la diversidad es inexplicable y por tanto hay que dividir el mundo en buenos y malos y luego determinar quién es el jefe de los buenos y el jefe de los malos.
Por eso muchos analistas, además de buscar al "jefe" de la #spanishrevolution critican que allí haya muchos grupos diversos, como si eso fuera malo. El problema es que para una mentalidad occidental que haya crecido políticamente en el nacionalismo (que es la agrupación de los "nuestros") es difícil de entender un mundo en el que lo diverso se expresa independientemente, juntándose pero sin revolverse. Necesitan simplificar esa diversidad en un bloque monolítico, único, homogéneo, porque es la única forma que tienen de entenderla.
El modelo teórico de Mccarthy y Zald es muy bueno para analizar el funcionamiento de una organización jerarquizada, pero muy peligroso para trater de entender el de un movimiento social, basado en la descentralización. Es un modelo "típicamente americano", pues los términos que usa para los que lideran un movimiento social organizado son "empresario movimentista", "industria movimentista" y varios más de este tipo, que demuestran un alejamiento del análisis sociológico y un enfoque en la analítica de procesos interna de una organización. Pero, como ven, oscurece hasta borrar del mapa a todo movimiento que surja espontáneamente fruto de las condiciones sociales o de la resignificación de las injusticias que existen en cualquier sociedad humana.
Otra de las críticas que se le hacen a la #spanishrevolution es que como "hay de todo" en ese movimiento, también hay elementos extremistas antisistema junto con "gente normal" (me parto).
A ver, vayamos por partes.
¿Cuál es la solución para que un movimiento social sea popular y además sea capaz de hacer cambios estructurales?
Stefan Zweig en su maravilloso libro "Castellio contra Calvino" (1976), al analizar el "movimiento espiritual" del protestantismo reconoce que "un movimiento espiritual necesita siempre de un hombre genial que lo inicie y de otro que lo lleve a término". En otras palabras, Zweig nos dice que se requiere un idealista (normalmente suficiente exaltado como para hacerse notar) que apunte a metas elevadas, y un moderado que las organice.
Aquí está la grandeza de Zweig, que finisimamente distingue entre un movimiento y una organización, no confundiéndo los términos, como hacen McCarthy y Zald.
Pues bien, esta distinción de Zweig tiene su concrección teórica en el trabajo de Barbara Holland-Cunz, profesora de universidad y ecofeminista, que propone la tesis de que cualquier movimiento social tiene necesidad de ser una coalición entre grupos extremistas que gozan de poca credibilidad y legitimidad para gran parte de la sociedad y grupos moderados.
¿A alguien le sorprende entonces encontrar en las acampadas de la #spanishrevolution a gente de muy diversa extracción social, económica, cultural? Los nuevos movimientos sociales no son como los del siglo XX, el de la lucha de clases y que, por tanto agrupaba a individuos de la misma clase social. Los movimientos sociales que empezaron en 1968 tienen un caracter distinto: agrupan a la gente en torno a ideas y por tanto hay que esperar que gente de diversas clases sociales apoyen un movimiento con el que se identifican. La corrupción política, la desvirtualización democrática que produce la ley electoral vigente, la imposición a los Estados de políticas económicas por parte de organismos a los que nadie puede votar para confirmarlos o cambiarlos, todas estas ideas agrupan a gente muy distinta. ¿Cómo se podría esperar otra cosa?
Los tertulianos que critican la diversidad de movimientos que comparten la indignación no hacen una crítica política seria sino que se retratan como víctimas de una cultura que sólo comprende la vida cuando la simplifica, la conceptualiza y elimina la diversidad y la multiculturalidad. Se retratan como representantes de una forma de ver la vida que este nuevo imaginario político que está surgiendo globalmente está cuestionando.
¿No les resulta curioso que muchos de los que van a las acampadas de la #spanishrevolution tengan más cultura política que la mayoría de los analistas que les critican y que la mayoría de los políticos en activo? Muchos de esos jóvenes han tenido que estudiar y examinarse de teoría política, de sociología, de materias imprescindibles para entender el mundo cambiante en el que vivimos, sin embargo los políticos ni siquiera han tenido que demostrar su competencia teórica en conceptos como la multiculturalidad, la justicia social, los movimientos sociales, la evolución del concepto de ciudadanía y muchos otros más que están en revisión.
Estos mismos políticos son los que promueven la desaparición de las humanidades de la educación, sustituyendo el pensamiento crítico por una "historia de la filosofía" que solo da cultura de crucigramista pero no ayuda a ser un ciudadano participativo en un debate público. Les aseguro que todo lo que he escrito en este post no lo he aprendido escuchando un mitin político o en las tertulias de la radio o debates televisivos. Lo he aprendido estudiando asignaturas que cada vez son más minoritarias en la educación. Los mítines y las tertulias sirven muy poco para aprender, sirven para encenderse y para seguir cavando trincheras. Como dice Luis Vega, profesor e investigador sobre Teoría de la Argumentación, otro gallo nos cantaría si un teórico de la argumentación arbitrara los debates para identificar los modos de argumentar falaces, en lugar de usar de árbitro a un periodista que no suele saber hilar tan fino.
¿Qué creen los políticos que pueden pensar de ellos gente que para ejercer un trabajo ha tenido que pasar por exámenes, oposiciones, entrevistas de trabajo exigentes, y demostrar su competencia en cada vez más materias y que, cuando llegan unas elecciones contemplan que la única competencia que demuestran los políticos es una capacidad ilimitada para abroncar desde su trinchera ideológica? ¿De quién fue la idea de que en un mitin político haya que gritar para convencer cuando la gente acampada en la #spanishrevolution está demostrando que desde el respeto se puede lanzar un mensaje potente políticamente? ¿Cómo puede esta sociedad elevar a ejemplares a gente que saca su dinero fuera del país para no pagar impuestos mientras llama antisistema a quien hace una crítica desde las ideas?
Hace falta renovar muchas cosas y agradezco a la #spanishrevolution que haya abierto las puertas y las ventanas y por fin esté entrando algo de aire fresco a esta sociedad que ya olía a rancio.
Joaquín Herrero
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