Hoy hemos ido a la escuela de niños pobres a la que Arun va como cooperante. He cogido todo el material que he traido, osea, el ordenador portátil y el cañón de proyección) y nos hemos ido allí en la moto de Arún. La escuela está en las afueras de Katmandú por lo que el trayecto es largo, alrededor de una hora y media hemos tardado en llegar.
La escuela, llamada Asha Vidhyasharam, la financia una fundación internacional llamada HOPE. Lo que hacen los profesores de esta escuela es seleccionar de entre los niños que viven en este pueblo, los más aptos para recibir escolarización gratuita. A veces consiguen rescatar a niños del analfabetismo, como por ejemplo a un niño de 10 años que hemos conocido y que está en la clase de preescolar. Era la primera vez en su vida que asistía a un colegio y estaba feliz.
El edificio es muy muy modesto. Está construido en ladrillo rojo, y tiene dos plantas y un pequeño patio trasero donde los niños salen al recreo. Subimos a la planta de arriba donde, además de varias aulas, tienen dos oficinas, una para el "principal" (el director) y otra para los profesores. Nos recibe el "principal" , un hombre de unos cincuenta años, extremadamente amable, que habla bajito y despacio, de esas personas a las que da gusto escuchar. Entran también tres profesores, dos mujeres, vestidas con sari azul, y un profesor joven y dinámico que nos saluda muy afectuosamente. El principal nos agradece que estemos alli y nos pide que pasemos por cada aula para saludar a los niños, cosa a la que me estoy empezando a acostumbrar después de la primera visita que hice a la Gladstone Academy.
Entramos en el aula anexa a la del principal, y encontramos a una chica europea, que junto a un chico están haciendo un reconocimiento médico a los chavales. Tienen unos 25 años. Nos saludamos. Ellos son italianos y colaboran con una ONG que va por los colegios verificando la salud de los niños. Al ver que venimos de España, la chica comienza a hablarnos en un perfecto castellano. Su novio es argentino y por eso ella habla español. De hecho cuando termine esta cooperación en Nepal no volverá a Italia, sino que se va a afincar en Barcelona, donde va a hacer el MIR.
Vamos a la primera aula y al entrar todos los niños se ponen en pie y nos cantan "Goood moorniing teeaacher". El principal me pide que me presente, cosa que hago, y en ese momento una niña viene y me entrega un monton de flores, las que cabían en sus dos manos. Cuando salimos del aula, se ponen de nuevo en pie y esta vez cantan "Goodbyye teeaacheer, thaaankouu foor teeachiing us" (adios maestro, gracias por habernos enseñado). Este escena, con los saludos cantados y la entrega de flores se repite en cada una de las aulas que visito.
Bajamos al patio y entramos en un aula que está anexa al edificio. Es el aula de los más pequeños, los de 6 años. El aula es de cuento. Es de techo muy bajito (yo no quepo de pie). EL aula es alargada y estrecha, como un autobús, y las mesas están dispuestas alrededor, dejando el centro libre. Las mesas son minúsculas, y como todo es tan pequeño (el aula, los niños y las mesas), todo el lugar parece un juguete. Se levantan, nos cantan el saludo, de nuevo las flores (ya no me caben en las manos), y nos miran con una mezcla de admiración y curiosidad. Ellos no entienden aún mucho inglés (aquí en todas las escuelas se enseña en inglés para que los niños, incluso los más pobres, sean bilingues) y por eso Arun traduce mis saludos.
Tras el recorrido por el colegio, volvemos al despacho del principal(que también nos ha acompañado todo este rato) y planeamos el "show". Yo he preparado unas fotos de España y de mi entorno y unos mapas, y con ese material daré unas explicaciones de cómo es mi país. Para ellos España es tan exótica como para nosotros Nepal, y todo les sorprende, los edificios, las calles amplias y limpias, el metro, los autobuses rojos de Madrid, los rascacielos, las playas.... en fin, que España vista a través de los ojos de estos niños es un país exótico.
Con la ayuda del jóven y dinámico profesor, cambiamos la disposición de los bancos de una de las aulas para dejar la mitad de la clase vacía. Ponemos unas esteras en el suelo, y ahí irán los más pequeños. En los bancos se pondrán los más mayores. Saco el cañón de proyección y el ordenador portátil y en ese momento me indican que se ha ido la luz. En este pais es normal que haya una hora sin luz cada día, pero eso suele ser a las 6 de la tarde. Hay unas obras cercanas y han cortado el fluido eléctrico. Este pequeño inconveniente solo impide usar el proyector. El portátil tiene las baterías completamente cargadas y puedo usarlo por dos horas, tiempo más que suficiente para los dos espectáculos.
Mientras preparo todo, Arun se ha ido a la clase de al lado y ha propuesto a los chavales cantar algo. Arun viene aquí dos o tres veces al mes precisamente para eso, para cantar con los chavales. Usa canciones cuya letra les enseñe cosas. Por ejemplo ha cantado una canción sobre 10 botellas verdes que están en una estantería y se van cayendo una a una, con lo que los niños aprenden a contar hacia atrás. Arun canta una estrofa y los niños la repiten. Cuando terminan la canción todos aplauden y los niños piden otra más. Tras tres canciones Arun me dice "¡son incansables, siempre quieren más!".
Termino de preparar la improvisada sala de proyección, en la que no va a haber proyección. Sin embargo la pantalla del portátil es suficientemente grande como para que se vea desde atrás (el aula no es muy grande). Arun me pregunta si tendría en el ordenador algún video divertido o interesante para usarlo como sorpresa final. Casualmente tengo un pequeño video de 3 minutos que me bajé de Internet unos días antes de venirme hecho por una escudería de Formula 1 que también fabrica motores para aviones (Spyker), en la que un Formula 1 le echa una carrera a un avión de caza. El video es muy espectacular, con música de acción, y pensamos que como sorpresa final seguro que les gusta.
El principal ha estado ya preparando al primer grupo de niños. Se asoma, me dice "¿ready?", y cuando le digo que si, empiezan a entrar niños saltando y hablando, como el que va a algo especial. Entre el principal y el joven y dinámico profesor les situan a todos de tal forma que nadie estorbe a nadie, y comienzo el show.
Durante el rato que estuvimos antes hablando con el principal vi que tenía en el despacho una bola del mundo grande, y le pedí permiso para usarla, porque el mapa que tengo es de Europa, y quiero que localicen Europa en un mapa del mundo. La bola del mundo está intacta en el sentido de que sigue siendo redonda, sin embargo el mapa que la cubre tiene jirones desprendidos. Falta parte de sudamérica y buena parte del oceano atlántico, pero Europa y Asia están intactas asi que puede servir perfectamente,
La clase resultó muy divertida, todos tenían los ojos como platos y comentaban las cosas curiosas que veían en las fotos. Unos sonreian, otros se echaban las manos a la cabeza, otros saltaban. Entendían mi inglés perfectamente, y Arun contestaba algunas de sus preguntas o completaba mis comentarios. Al llegar a la parte final les retamos a adivinar quien ganaría en una carrera entre un avión y un coche de carreras. Las opiniones estaban divididas, asi que les dijimos que ibamos a verlo en un video. Todos estuvieron atentos a ver quien ganaba, aunque como la escena es tan rápida, aun despues de ver el vídeo había opiniones diferentes, asi que lo vimos de nuevo. Una vez que todos vieron que ganó el avión pero por muy poco, aplaudieron y terminó el show.
La segunda sesión fue con los más pequeños, incluidos los de preescolar. Las explicaciones fueron más sencillas y tenían bastante con ver las imágenes. También les encantó el vídeo.
Todos se iban saltando y muchos de ellos volvían para darme las gracias: "thankyouuu teeacheer".
La experiencia fue tan increible para ellos como para mi. Son tan agradecidos con cualquier cosa que hagas que te entran ganas de hacer más.
Al final volvimos al despacho del principal, me invitaron a una taza de te nepalí (riquisimo, es un te mezclado con leche y especias), y charlamos de diversas cosas, especialmente de lo que hacen con los niños. Me dijeron que si me tuvieran que contar la historia de cada niño que hay en la escuela podría escribir muchos libros, porque las circunstancias en las que han vivido han sido muy lamentables. Muchos de ellos son huerfanos, otros tienen familias, pero viven en situaciones de extrema pobreza, y gracias a la escuela, su vida intelectual, mental y emocional es de una calidad muy superior a la que hubieran tenido de otra forma. Es posible que económicamente les falten cosas, pero ellos tratan de que no les falte de nada en todo lo demás. Cuando los niños están en un nivel de escolarización semejante al que ofrecen las escuelas normales, les transfieren alli para que su educación siga de forma normal.
Arun y yo estamos muy contentos, pues ambos hemos hecho lo que pretendíamos y hemos disfrutado mucho. Nos montamos en la moto y comenzamos el viaje de vuelta. Arun me dice que tiene poca gasolina y que no ha podido echar antes porque todas las gasolineras por las que hemos pasado estaban cerradas por falta de combustible. Este año hay restricciones. Vamos a dos gasolineras más con el mismo resultado: cerradas por falta de combustible. Finalmente nos quedamos sin gasolina. Un hombre nos indica que en una gasolinera que hay a unos 300 metros hay un camión que cree que va a descargar gasolina, asi que nos recomienda que vayamos alli. Efectivamente, hay un pequeño camión cisterna que está descargando la gasolina en esta gasolinera. Hay que esperar una media hora, por lo cual comemos algo en un restaurante (por entendernos) cercano. Este tiene 5 o 6 mesas, por lo que se puede considerar de los grandes. Tras comer, nos ponemos a la cola y conseguimos gasolina para volver a casa.
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